Jeremy ha sido miembro de la Patrulla de Carreteras de California durante los últimos 6 años. Este individuo quería servir al público y andar en bicicleta cuando era niño y tuvo la oportunidad de hacer ambas cosas después de graduarse de la escuela secundaria.
El trabajo no pagaba mucho pero la recompensa llegaba cuando las carreteras por las que este oficial patrullaba eran seguras. Una de las cosas que esta persona llevaba siempre puestas para recordar a los demás motoristas que la seguridad es lo primero, es el casco de policía para motos.
Los conductores de las fuerzas del orden no son los únicos que deben tener un casco. La ley estatal requiere que los propietarios de motos tengan uno puesto cada vez que el individuo decida salir a la carretera. Las razones para esto son simples que es para proteger al motociclista durante un accidente.
Los policías de carretera reciben un casco antes de salir a la carretera. Los mejores son los que están hechos de material compuesto termoplástico que utiliza la compresión de alta presión dándole fuerza y haciéndolo ligero.
El casco pesa alrededor de un kilo. Cuando el policía se lo pone con la radio y el cinturón de seguridad montado en la cintura o en el hombro, esto supondrá 6 libras adicionales al peso normal del individuo.
Hay dos tipos de viseras que se pueden elegir para el casco de la motocicleta. La persona puede elegir entre la visera estándar con cierre a presión o la versión fija de charol.
El individuo puede ponerse o quitarse ésta fácilmente gracias a la correa de barbilla tubular de nylon rápida que es ajustable. Esto significa que puede ajustarse a cualquier agente que vaya a patrullar las calles utilizando una motocicleta.
El interior del casco se puede quitar y es lavable a mano. Esto lo mantendrá limpio y con buen olor incluso si la persona suda debido al calor extremo, especialmente en los calurosos meses de verano o durante el tiempo lluvioso.
Aquellos que sirven en la aplicación de la ley sólo puede comprar el casco de la motocicleta de la policía. Esto significa que las personas que quieren tener uno deben pasar por el riguroso proceso de solicitarlo y luego entrenar para ser uno de los pocos con una placa y un arma.
Hace falta valor para subirse a una moto y unirse a las filas de otros miembros del servicio que llevan años haciéndolo. Esta es la razón por la que gente como Jeremy sigue prefiriendo patrullar las calles para que los automovilistas de a pie puedan estar siempre seguros.